martes, 7 de junio de 2011

Cuando la violencia se introduce por primera vez en la pareja (parte II)

En el articulo anterior hablamos de los sentimientos existentes en la pareja cuando se introduce por primera vez la violencia en la pareja.  Siendo esta -la violencia- un recurso extremo, humillante y culpogeno para ambos.  Posterior al acto de violencia, golpes en este caso, viene el periodo de arrepentimiento y pedido de perdón... llamado tambien ciclo de luna de miel, en el que existen promesas por parte de ambos de que no volverá a ocurrir...Los sentimientos de culpa disminuyen lentamente, pero al mismo tiempo existen los temores que en algun momento se repita el ciclo.  El temor que uno de los dos pierda el control... la o el agredida/o piensa o teme que puede ocasionar alguna situación provocadora que genere el descontrol de su conyuge.  Esto es llamado ciclo de tensión...  posteriormente existe un "gatillante" de cualquier indole que nuevamente hace perder el control y se repite la violencia.  Es por eso, como lo señalado anteriormente, buscar ayuda... Se necesita un control externo para enfrentar la violencia conyugal.  Si buscaron ayuda, sin resultados favorables es indispensable recurrir a otros medios.  La página del Sernam:   
http://www.sernam.cl/portal/index.php/vif,  da pautas y sugerencias practicas a seguir para enfrentar situaciones en las que no hay aparente solución.
A continuación, presento una adaptación de un artículo de Solange Coddou(2000) respecto a la violencia conyugal,  desde un abordaje sistémico, que me parece muy interesante y valido.  Esto explica la VIF, pero no la justifica.  Es un fenómeno universal, muy relevante, ubicandose como uno de los pricipales problemas familiares de la actualidad.  Trasciende barreras culturales, socioeconómicas, políticas, educacionales y religiosas. 
La violencia es sido definida como "un acto llevado a cabo con la intención de, o percibido como teniendo la intención de, dañar física o psicológicamente a otra persona." 

Desde la perspectiva Sistémica, foco de nuestro Centro de Terapia, se enfatiza el carácter bidireccional de la violencia conyugal, en la ambos esposos son considerados como víctimas.  El énfasis está, en los patrones interaccionales recurrentes involucrados en los episodios de violencia.  Desde la perspectiva de Straus, la familia se concibe como un sistema adaptativo en busca de metas y la violencia sería un producto o respuesta del sistema a su funcionamiento general.  Así, el sistema familiar presenta ciertos mecanismos de retroalimentación positivos, que generan una espiral de violencia al cual la familia puede llegar.  Aquí entran la compatibilidad del acto de violencia y las metas del actor y del sistema, la auto concepción del actor como persona violenta, las expectativas del rol de la "víctima", la alta tolerancia a la violencia por parte de la comunidad y, el limitado poder de la "víctima".
Tambien se dan procesos de retroalimentación negativos que explicarían la mantención del nivel de violencia en el sistema, donde el papel de la "victima" como reforzante de esta conducta es esencial en su mantenimiento.
Perrone, otro autor junto con su equipo de investigación, consideran la violencia no sólo como un problema de la pareja sino de toda la familia, en el cual se encuentran todos implicados y son todos responsables. Por tanto, el objetivo terapéutico central consiste en poner en evidencia las secuencias comunicacionales repetitivas y las retroalimentaciones positivas que conducen a actos violentos en respuesta a ciertos mensajes.
Otro modelo explicativo dentro de la perspectiva sistémica, es el llamado "Teoría de la relación Simetría - Complementariedad", que propone que a la base de la violencia conyugal  establece reglas y distribuye el poder.  
Dos premisas explicarían la predisposición de una pareja a la violencia.  La primera se refiere al aprendizaje y refuerzo temprano de la conducta violenta. La segunda, al establecimiento de reglas y metarreglas más rígidas que gobiernan el sistema marital y la conducta de cada miembro en forma concordante. Lo que implica el control unilateral rígido por parte de uno de los miembros, permitiendo poco espacio para negociar reglas que rigen la relación de la pareja. Por tanto, se vuelve altamente probable que incluso desacuerdos menores lleven lleven a acciones violentas (Sarquis, 1995).
Este tema continuará...

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